viernes, 29 de octubre de 2010

Una Madrugá de Pasión (Parte V)


(Advertencia: el presente texto puede herir la sensibilidad de algun lector, ya sea por el contenido claramente sexual como por la narración de ciertas actitudes que pueden ser blasfemas para ciertos sectores mas conservadores, si eres uno de ellos, no sigas leyendo, si lo eres y te ofendes, me eximo* de toda responsabilidad ya que lo he advertido.)
…Y allí me dispuse a hacerle los honores que desde hacia un rato tenia ganas de hacer, bombear toda mi furia dentro y fuera de aquel rosado y delicioso orificio de placer. Cada bombeo era una señal de la explosión final, la lluvia espesa que no se hacia esperar y que yo intentaba por todos los medios que no apareciese.
- Dios, la tienes y lo haces como un caballo, dale mas potencia, mas furia, damelo todo, como si fueras a hacerlo por ultimas vez, como si fueras a morir mañana mismo.

Yo seguia con mi afán de dar y recibir todo el placer a toda costa en aquella noche tan inestable pero que yo sentia que iba a ser una noche inolvidable.  Unas luces parpadeantes me hicieron desconcentrarme un momento e hicieron que mis bombeos en aquel orificio rosado  libre de todo vello salvo ese hilito al que yo antes había nombrado como bigotito hitler.

-¿Qué pasa? -  me preguntó entre jadeos
- Nada, solo que creo que tenemos visita, mira
Ella en sus escasas posibilidades de movimiento vio como unas luces amarillentas y parpadeantes se acercaban hacia nosotros. Se trataba de un pequeño camión de limpieza que expulsaba varios chorros de agua con el propósito de limpiar los restos de cera que habían dejado las procesiones del día anterior y lo que se había podido derramar en aquella tarde noche, en ese momento ya madrugada, “Madrugá de Viernes Santo”.

Con un rapido movimiento me saca el miembro de su calido escondrijo y se sube el pantalón y me dice.-Tenemos que irnos, tenemos público.-¿Desde cuando te ha importado eso?-Desde ahora. En ese momento miro hacia uno de los bancos y observo como uno de los mendigos tiene una de sus sucias manos dentro de su pantalón y se estaba poniendo las botas viendo como poseía a ese portento de hembra con toda la envergadura de mi entrepierna pensando que era el que lo estaba haciendo.-Guárdatela que nos vamos a cubierto – Me dijo con una sonrisa mezcla picarona y mezcla misteriosa.¿Qué se le habrá pasado por la cabeza a esa misteriosa chica? ¿Dónde me llevará?Como un suspiro reanudamos la marcha por aquellas solitarias calles de la ciudad donde aun a lo lejos se podían escuchar los rezos del vía crucis. De repente algo me resulta familiar, como un deja vú, veo que estoy en un lugar donde hacia al menos dos horas que había estado.
Las calles estrechas habían dado paso a un espacio mas amplio lleno de palmeras que dominaban como columnas que subían hacia el nublado cielo.A la derecha de la calle donde habíamos entrado se erigía el principal monumento religioso de la ciudad que aquellas horas tenia su gran puerta abierta porque el vía crucis que varias veces nos habíamos cruzado había salido de aquel templo de talle renacentista con su interior gótico y barroco.

- Vamos adentro.

Con estas palabras mi mente me trasmitió un sentimiento de frustración, ¿Por qué de repente había cortado ese apasionado contacto sexual? ¿Por qué esa extraña actitud?.
Estas preguntas me las hacia mientras pasaba por el umbral de la puerta del monumento, dimos una pequeña vuelta por la girola del interior del templo y nos inundó un olor caracteristico de aquellas fechas, el olor a incienso y de flores de los pasos que aun estaban montados desde la noche del miércoles.

Anduvimos por las capillas laterales y contemplamos las maravillas artísticas que allí se conservaba desde tiempos inmemorables y cuando llegamos a la ultima y mas amplia de aquellas capillas, me dio un empujó hacia ella y me volvió a introducir su lengua hasta las mismas amígdalas, por mi cuerpo recorrió un escalofrío que se tradujo en calor y excitación, entramos de dicha capilla y me arrojó a los bancos donde se abalanzó a mi cremallera buscando ese objeto de carne que tanta satisfacción le había dado en aquellas dos horas que sabíamos de la existencia del otro y que ahora palpitaba.

Mi ropa interior se descubrió en cuestión de milésimas de segundo y mi miembro salió totalmente erecto y ya era tarde, el ambiente se calentó tanto como un incendio en mi cuerpo que parecía que el templo también ardía como lo hizo una década antes.Al momento mi respiración se amoldaba al ritmo del bombeo que ella ejercía con mi miembro dentro de sus carnosos labios… 

(Continuará)

Fotos y retoque fotografico: Fran García (Un servidor)